viernes, 18 de marzo de 2011

Compartimos la carta del Padre Toto.

Me han pedido que dirigiera una carta a los dirigentes del distrito 4 de la zona
7.
Ante todo me presento. Yo soy el padre Toto (Lorenzo de Vedia).
Tengo 44 años de edad y 19 de sacerdote. Siempre me gustó trabajar con chicos,
adolescentes y jóvenes, en mi adolescencia primero, como seminarista luego y
como cura después. Ahora me nombraron párroco en la villa 21, reemplazando al
Padre Pepe, con quien había estado 5 años y medio laburando en el mismo barrio
hasta hace 6 años, cuando empecé como párroco en Santa Elisa. En dicha
Parroquia, entre muchísimas tareas tuve contacto con el grupo scout e hice la
promesa.

Entre otras cosas, y ahora más que nunca, considero a los
jóvenes y a muchos chicos, sean del barrio que sea, como parte de los pobres, ya
que con frecuencia carecen de quién les dedique tiempo y de quién les dé un
lugar, aún en los casos en que tengan quién les dé cosas.
Ya con esto aludo a un mensaje clarísimo. Más importante que
aquello que se les va a transmitir (una enseñanza, un concepto, una taza de
leche, una caricia…) es la actitud de quien se encontrará con esos chicos o
jóvenes. Me acuerdo mucho o poco de los ríos de Europa o de las cosas que me han
dicho los adultos o jóvenes mayores que yo. Me quedó más grabado el mayor o
menor compromiso que ellos tuvieron conmigo. Al chico le quedará más lo que
tengo en el corazón que lo que tengo en mi cabeza.
No es tan diferente esto a las críticas de Jesús a los
fariseos, cuando, de muchasmaneras, comunicó que la persona está por encima de
la ley, que el sábado se hizo para elhombre y no el hombre para el sábado. Esto
tiene que ver con la motivación de BP, cuandotodo lo que creó del escultismo
tienen como finalidad la humanización de cada persona. El cumplimiento de pautas
es importante, pero la vida se transmite mirando a los ojos del hermano más que
mirando los reglamentos.
De allí que es inútil poner en práctica una metodología scout si
no se tiene en cuenta qué antropología hay detrás, o delante. Sin una estructura
que agobie, se puede tener en cuenta la potencialidad de cada pibe. Es
indispensable actualizar permanentemente la metodología al aquí y ahora, así
como no es igual lo exterior de la enseñanza escolar antes que ahora. Gracias a
Dios, no estamos a la deriva, ya que el gran Jefe permanece inmutable y es la
verdadera roca donde podemos agarrarnos en estos tiempos y lugares tempestuosos.
Cuando más claro tengo la inmutabilidad de Dios y su firmeza, menos miedo tendré
de transformar la chapa y la pintura. El auto es un gran fierro igual.

Si queremos dejar el mundo mejor de los que lo encontramos, no
debemos poner los estatutos por sobre la realidad. Está bien que haya conceptos
y estructuras más permanentes que otras. Jesús no suprimió la Ley. Le dio
plenitud. No sacó todas las prescripciones de la antigua Ley, pero las resumió
en lo esencial. Muchas veces se presentan tensiones entre lo escrito y lo real.
Es bueno dejarse llevar por el espíritu de Jesús que busca siempre el bien
concreto y no por el espíritu hipócrita de los fariseos.
Es claro que no nos gusta cómo está el mundo. Queremos que
cambie la realidad. Nosotros somos parte de este mundo que no nos convence. De
allí que el scout puede ser factor de transformación social. La mejor manera de
lograr esto es tener un espíritu atento a lo que está pasando aquí y ahora. Con
convicciones claras, firmes y arraigadas, poner adelante la realidad y actuar,
siendo permeables a los cambios operativos que una situación coyuntural nos
requiera. Es evidente que nunca llegaremos plenamente al ideal que nos trazamos.
Esto no puede ser causa de claudicación. Vivimos una sociedad que teme a los
conflictos. Parejas que al primer problema se separan en vez de afrontar el
desafío, chicos que dejan la escuela luego del primer traspié… No debemos
frustrarnos por caer; la frustración es no aceptar los defectos –propios o
ajenos- y no tolerar las equivocaciones –propias o ajenas. El que se siente
frustrado de esta manera puede transmitir esta frustración a los demás. Esto
puede sucederle a un dirigente que se cree que hay que ser perfecto para tener
un grupo a cargo. Lo que hace falta es, sin perder los ideales, transmitir el
entusiasmo por la vida, esto antes que los conceptos o la ficha que me toca dar.
Otro tema que conviene tener en cuenta es la relación de los
scouts con las instituciones y fuerzas vivas de la sociedad. Ninguna
institución debe creerse la poseedora de toda la verdad. Saber que la misión de
uno se complementa con la del otro es el principio de la sabiduría. Incluso para
llevar adelante mi misión necesito ineludiblemente de otros. Cabe aplicar esto a
la interactuación de las diferentes instituciones. Un ejemplo de esto es que, en
un alto porcentaje, al menos en Argentina, el escultismo se apoyó en la Iglesia
católica para su inserción en la sociedad y en los barrios y para su expansión.
Los tiempos van cambiando y hay que seguir buscando caminos nuevos para la mutua
complementación entre estas dos instituciones que esencialmente comparten muchos
objetivos, sin dejar de lado lo específico de cada una. Todo esto que transmito,
pienso, cabe también para personas que no profesan la fe católica, incluso para
quienes no tienen fe, ya que extraigo del cristianismo el humanismo que
encierra. No sirve de nada ser un buen dirigente en lo formal si esencialmente
no estoy comunicando apasionadamente, no los conceptos, sino la vida que hay
detrás de cada suceso scout.
Buena caza siempre.

PADRE TOTO (Lorenzo de Vedia)

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